viernes, 11 de septiembre de 2020

ENCUENTROS CERCANOS DEL TIPO 4. Abducciones: El factor investigador. INTRODUCCIÓN



Riiing, riiing… Suena el teléfono. Otra vez. En esta ocasión llaman del programa de Ana Rosa, o el de Susana Griso, o el de Iker Jiménez, o el de Toni Moreno… o cualquier otro. 

-Buenas tardes Señor Carballal. Le llamo de televisión… Estamos buscando algún testimonio de alguien que haya sido víctima de una estafa esotérica… (o que haya pasado por una ECM, o que haya visto un OVNI, o que haya sufrido un poltergeist, etc., etc., etc.). 

 Yo respondo siempre lo mismo.

-Los casos más serios no tienen ningún interés en aparecer en televisión, no buscan fama ni publicidad, pero antes de facilitarles ningún contacto debo consultarlo. 

El periodista insiste. Algunos insisten mucho…

-Nosotros somos un programa serio… Si me das su teléfono puedo convencerlo… Puede haber una gratificación económica. Y para ti también… 

Este elemento del mundo del misterio es uno de los mayores tabús. A nadie le ha interesado jamás tratar este aspecto del contexto de las anomalías, fundamental para comprender como se construyen los mitos.  
Desde el “Crónicas Marcianas” de Javier Sardá, al “Mississippi” de Pepe Navarro, pasando por las sagas Maussan, Jiménez, etc. Para todos los programas de masas, en todos los países del mundo, los testimonios humanos son la pieza angular sobre la que se construye el producto comercial que ofrecen a sus audiencias. Pero solo quienes estamos a pie de calle, sobre el terreno, encuestando cientos, miles de testimonios humanos, conocemos a los testigos y obviamente nos hemos ganado su respeto y confianza. 

Por eso en la agenda de todo buen periodista generalista figuran los teléfonos de numerosos investigadores, a los que acuden cuando los responsables de sus programas les piden testimonios para tal o cual pieza radiofónica o televisiva. Especialmente en verano. Creo que todos hemos recibido un millón de veces este tipo de llamadas. 

En ocasiones el testigo (no importa que sea de un caso OVNI, paranormal, una ECM, etc. ) acepta entrar en el juego. Y a veces resulta tan elocuente, fascinante, atractivo o buen comunicador, que su participación no se limita a un solo programa, sino que comienza una interminable gira por platos, estudios y cadenas, que normalmente después se proyecta a congresos internacionales, medios de otros países, ofertas editoriales, etc. 

En algunos casos el testimonio incluso llega a convertirse en una película o serie de televisión. En esos grandes casos mediáticos, que quedan inmortalizados para la eternidad en las hemerotecas y bibliografía especializada, como “los grandes casos del misterio”, se mueve mucho dinero. A veces una cantidad indecente de dinero. 

No me refiero solo a los emolumentos que pueda percibir (o no) el testigo, que suele ser quien se lleva la menor parte del pastel. Obviamente el “investigador”, que pasa a actuar como agente comercial, también se lleva una buena tajada. Aunque, obviamente, quienes realmente se benefician de ese mercado de testimonios, son los responsables de los programas, los organizadores de los congresos internacionales, las grandes editoriales, etc. Hablamos de millones de euros o dólares. Y las abducciones son el plato fuerte. 

En mayo de 2016 la filtración de una filmación, obtenida con cámara oculta, en la que el mexicano Daniel Muñoz, -miembro del equipo de Jaime Maussan- habla sin tapujos sobre la rentabilidad comercial del famoso caso Jonnathan Reed- sacudió a la comunidad ufológica internacional. Es un ejemplo demoledor del factor investigador en su dimensión más obscena.1 

Evidentemente que alguien gane dinero, fama o protagonismo, con su relato sobre una experiencia extraordinaria no garantiza que dicho relato sea un fraude, ni auténtico. Sin embargo es un aspecto que debería ser tenido en cuenta a la hora de valorar los elementos que se van añadiendo al caso con el paso de los años y que son detectados fácilmente al elaborar la cronología: Roswell, Bélmez, Gulf Breeze, Vallecas, Jonathan Reed, Castaneda, Amityville, Sixto Paz, Pascagoula, UMMO, Amaury Rivera… 

Por supuesto, en un sistema capitalista y en toda sociedad de consumo, ganar dinero es lícito. Pero ¿qué parte de esos casos célebres es real (si alguna lo es) y cuando se convirtieron en un objeto comercial? ¿Cuál fue la responsabilidad de los investigadores y los divulgadores a la hora de convertirlos en objeto de consumo? ¿Podemos basar nuestras hipótesis, teorías o reflexiones sobre el mundo paranormal en casos que podrían estar contaminados por el móvil económico desde su origen? 

Basta imaginar a alguien de un estrato social humilde, que tras asegurar haber vivido una experiencia extraordinaria comienza a hacerse famoso… Viaja a otros países, se aloja en buenos hoteles, se convierte en una celebridad en su barrio, ciudad o país, y comienza a recibir una justa (o no) cantidad de dinero, cada vez mayor, por compartir su experiencia (real o no). ¿Podría esa circunstancia condicionar su testimonio y enriquecerlo (u originarlo)? 


La “actuación” de Sixto Paz, sometiéndose al polígrafo, en el programa de TV español “La máquina de la verdad”, es otro ejemplo demoledor. Síxto Paz fue el único invitado al célebre programa de Tele5 que exigió ver materialmente el dinero antes de acudir al plató.2 3 

Lo mismo podría decirse de periodistas mediocres (o no), creyentes o detractores de lo paranormal, que jamás destacaron en su profesión, pero que reafirmado un mito paranormal, o atacándolo irracionalmente, se convierten en celebridades. Escriben libros, viajan a congresos internacionales, o se ganan su propio programa de televisión… ¿Podría todo ello condicionar sus valoraciones? ¿Convertirse en el móvil de una estafa? O por el contrario, basta con hablar de temas paranormales para ser ajeno a toda tentación de corrupción, por mucho dinero que entre en la cuenta bancaria… 

Mi experiencia sugiere que, en lo que yo denomino el “efecto D´arbó-Gámez-Alés”, la justificación progresiva del engaño basada en el supuesto de que “si todos mienten, ¿porque yo no?”, es uno de los mayores cánceres del estudio de las anomalías en general y de los ECM 4 en particular. Pero la comercial, no es la única dimensión de la casuística OVNI y paranormal que hemos desestimado en la ecuación. Hay más. 

En 1972 el profesor Joseph Allen Hynek, estableció una clasificación de la casuística OVNI que fue utilizada durante décadas por la mayor parte de la comunidad ufológica internacional. Hynek llegó a una disciplina caótica y anárquica como la ufología, con unas referencias inmejorables. 

Como astrónomo reputado -era profesor titular de física y astronomía en la Universidad Estatal de Ohio-, había sido asesor de la Fuerza Aérea de EEUU en tres de sus proyectos gubernamentales para intentar desmitificar el reciente fenómeno social de los platillos volantes: Sign (1947-1949), Grudge (1949-1952) y Blue Book (1952-1969).4 Sin embargo Hynek, que supuestamente fue reclutado por los militares por su escepticismo, terminó por convencerse de que tras el fenómeno existía un enigma científico real, convirtiéndose en uno de los referentes de la ufología internacional. 


El 27 de noviembre de 1978, Hynek fue uno de los investigadores que participaron en la histórica sesión 36 (tema 126) convocada en la Asamblea General de las Naciones Unidas por el entonces Primer Ministro de Grenada, Sir Eric Gairy, con la pretensión de crear una comisión permanente de estudio OVNI en la ONU. 5 

Ese mismo año Hynek, que asesoró junto a su aventajado discípulo Jacques Vallée a Steven Spielberg en su famosa película “Close Encounters of the Third Kind”, aparecía por primera vez en las pantallas de cine de todo el mundo al hacer un cameo en la escena final de la película de Spielberg. El título del film de Spielberg, que en España se bautizó como “Encuentros en la tercera fase”, hace alusión precisamente a esa primera clasificación de la tipología de los incidentes OVNI propuesta por Hynek en 19726. A saber:

-Los encuentros lejanos: avistamientos producidos a más de 150 metros entre el fenómeno y el observador, clasificados como “discos diurnos”, “luces nocturnas”, “detecciones en radar”, etc. Los avistamientos producidos a menor distancia entre el observador y el fenómeno eran considerados por Hynek “encuentros cercanos”, en los que presuntamente existían menos posibilidades de confusión con fenómenos astronómicos, meteorológicos o físicos convencionales.

 -Encuentros cercanos del tipo 1 (ECT1): avistamiento de “platillos” u objetos fusiformes, luces extrañas y objetos aéreos que por sus características y/o comportamiento no parecen identificables con aeronaves convencionales.

-Encuentros cercanos del tipo 2 (ECT2): aterrizajes o cuasi-aterrizajes de esos objetos que producen efectos físicos en el terreno (quemaduras, huellas, interferencias electro-magnéticas, interacción con los animales o testigos humanos, etc.).

-Encuentros cercanos del tipo 3 (ECT3): asociación del OVNI con entidades biológicas o humanoides, presuntos tripulantes de esos objetos. Hynek los denomina “seres animados” en su clasificación original.

Otros ufólogos, como Ted Bloecher o el mismo Jacques Valleé, propusieron posteriormente subtipos a la clasificación de Hynek ampliándola. Y así se definió el cuarto estado del contacto OVNI:

-Encuentros cercanos del tipo 4 (ECT4): El testigo penetra en el interior del OVNI voluntariamente o contra su voluntad (abducción, como sinónimo de rapto o secuestro). 

No todos los ECT4 pueden considerarse raptos. En algunos casos el testigo afirma haber penetrado en el interior del objeto por su propia voluntad (he escogido uno de esos casos para este breve catálogo), sin embargo en la bibliografía especializada se ha dado prioridad a los relatos dramáticos y traumáticos, intuyo que por puro interés en presentar una imagen interesada del fenómeno. 

En mi primer estudio sobre abducciones, y tras analizar un centenar de casos, solo en el 18% de los casos los abduccidos describían el comportamiento de los “extraterrestres” como agresivo. En la aplastante mayoría restante se referían a ellos como amistosos o indiferentes. Esto es un hecho.7 

 Y aunque esta realidad incuestionable hace que el término abducción sea tendencioso para referirse a todos los ECT4, ya está implantado en nuestro lenguaje. Por ello, una vez hecha esta matización, lo continuaré usando desde su perspectiva coloquial, a falta de un término mejor.

Las abducciones, o supuesto secuestro de seres humanos por parte de seres no humanos, es uno de los epígrafes ufológicos más recurrente para el cine, las series de televisión o la literatura de terror. Y ese peso sociológico, bombardeándonos constantemente con imágenes de extraterrestres agresivos, de apariencia humanoide y sofisticada tecnología, ha terminado por implantarse en el inconsciente de lo colectivo. 

Es cierto que si hoy le pidiésemos a un niño de corta edad que nos dibujase una nave extraterrestre y un alienígena, muy probablemente plasmaría un platillo volante y un humanoide cabezón. Pero ¿demuestra eso que todas las descripciones realizadas por los testigos son fabulaciones inspiradas por el cine y la cultura? 

Para los ufólogos defensores de la Hipótesis PsicoSocial (HPS), no hay misterio alguno en las abducciones. Según ellos en el incipiente cine, series y literatura de ciencia ficción de los años 30, 40 y 50, se encuentras la mayoría de los elementos que décadas más tarde describirían los supuestos secuestrados por extraterrestres. Enigma resuelto.

Sin embargo este razonamiento a mí siempre me ha parecido tan audaz como la afirmación de los conspiranóicos de que el Apolo IX nunca aterrizó en nuestro satélite, porque Julio Verne ya describió esa proeza en su novela “De la Tierra a la Luna” un siglo antes. O la afirmación de que tras la emisión de películas y series de éxito sobre abducciones, aumentan el número de casos reportados. 

En cierto. Tanto como tras la emisión de películas y series de éxito sobre periodistas, médicos o policías, aumentan las vocaciones y las matrículas en las respectivas facultades. ¿Y?

Curiosamente la inmensa mayoría de los partidarios de la HPS no han investigado jamás un caso de abducción. Ni siquiera han mirado a los ojos a un abducido cuando relata su supuesta experiencia. Y en mi opinión la encuesta de campo es fundamental para comprender el fenómeno al que nos referimos.

Resulta paradójico, desde el punto de vista de la HPS que hoy, cuando el cine de ciencia ficción y las series televisivas sobre el espacio, y la literatura de ficción alienígena es más prolífica que nunca, los casos de abducción se hayan reducido casi a la nada. Además, es cierto que en la literatura y el cine podemos encontrar muchos elementos descritos por los abducidos a partir de los años sesenta del siglo XX. Pero muchísimo antes de que existiesen el cine, las series o la literatura, esos mismos elementos ya estaban presentes en las tradiciones chamánicas de viaje al mundo de los espíritus, raptos de hadas, duendes o demonios, etc.


Los partidarios de la escuela ufológica más escéptica y racionalista van más allá. Al presuponer dolo en los testimonios de abducción, y de OVNIs en general. Sin embargo mi experiencia, y creo que podré documentarlo con los casos que rescato de mis cuadernos de campo, es que en general los testigos de cualquier experiencia OVNI no ganan nada al compartir sus relatos con los investigadores y divulgadores. Y somos estos quienes, en realidad, obtenemos un beneficio de sus relatos. Siendo –en muchas ocasiones- cómplices en la elaboración de los mismos. Cuando no auténticos creadores…

 Crédulos o escépticos; encuestadores, compiladores o analistas; místicos o racionalistas… todos sacan –sacamos- partido de los testigos. Quizás ha llegado el momento de deconstruir y volver a analizar todo lo que nos han contado sobre el fenómeno abducción. 


Secuestrados por los OVNIs

En 1992 el Dr. Fernando Jiménez del Oso, que me había pedido personalmente que me ocupase de la investigación de algunos casos de abducción especialmente sorprendentes, me propuso que escribiese un libro con mis conclusiones sobre el fenómeno para la colección Biblioteca Básica de Espacio y Tiempo. Y lo hice. Ese año publiqué mi segundo libro: “Secuestrados por los OVNIs”. Un estudio monográfico sobre un universo de cien casos de supuesta abducción en todo el mundo. El caso Fernando M. fue uno de ellos… 8

Los aficionados creen que los investigadores y divulgadores de fenómenos anómalos, como las abducciones, simplemente recogen sucesos objetivos para su estudio o publicación. En 1992 yo también lo creía. Pero con el paso de los años me di cuenta de que eso no siempre es así… De hecho casi nunca es así. 

Con frecuencia nosotros tenemos un protagonismo en el desarrollo de cada caso, a veces incluso mayor que el del propio testigo. Interactuando, modelando o condicionando el relato inicial hasta fijar esa versión final que después quedará inmortalizada en la bibliografía especializada. Un factor que muy pocas veces hemos tenido en cuenta: el factor investigador.

Hoy pienso que ese factor, descuidado a la hora de valorar el fenómeno OVNI en general y las abducciones en particular, ha resultado determinante para nuestra percepción, valoración y enfoque sobre los testimonios de los abducidos. Y por eso hemos perdido tantos años, encajonando las abducciones en el contexto OVNI, limitados por nuestros propios prejuicios. Los ufólogos hicimos el fenómeno a nuestra imagen y semejanza. 


Preguntarse quién está detrás del fenómeno OVNI, o de las abducciones, es una estupidez tan grande como preguntarse quien está detrás de los accidentes de tráfico. Cada caso es único. Y en el conjunto confluyen un sinfín de factores humanos, medioambientales, culturales, físicos, etc.: el estado de los neumáticos, la carretera, la meteorología, el conductor… Con las abducciones, y los OVNIs en general, ocurre lo mismo.

 En este cuaderno de campo, por primera vez, además de la crónica de mis investigaciones sobre el terreno de cada caso, me he permitido transcribir algunas de las reflexiones, ideas y conclusiones que me sugirieron dichas investigaciones. Porque cuando eliminamos el ruido -el factor investigador- y cambia el enfoque para abordar el problema, todo comienza a tener sentido… 

 1 https://www.youtube.com/watch?v=BhGCOXI1Wqk&t=10s 

 2 Puede verse en: https://www.youtube.com/watch?v=89V3rBKIpV8&t=43s

 3 Gabriel Carrión lo relató así: http://elojocritico.info/sixto-paz-culo-roto-y-el-otro/ 

 4 En enero de 2019, y en medio de una amarga polémica, el canal History Channel estreno la serie Proyect Blue Book, en la que toda la acción gira en torno a las aventuras del Dr. Hynek, interpretado por Aidan Gillen, y convertido en un héroe de acción al más puro estilo americano, más que en el escrupuloso científico de mente abierta que fue.

 5 La comunicación íntegra leída por Hynek en la sede de la ONU puede consultarse en: http://www.ufoevidence.org/documents/doc757.htm

 6 Hynek, J. Allen. “The UFO experience: A scientific inquirí”. Henry Regnery Company, 1972.

 7 Carballal, Manuel. “Secuestrados por los OVNIs”. Espacio y Tiempo, 1992. Traducido al italiano en 1993, por Hobby & Work, como “Sequestrati dagli UFO”.

 8 Ibídem.

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